Ayer y hoy me ha correspondido reportar sobre el llamado "conflicto colombo-venezolano" desatado desde que Colombia presentó ante la OEA evidencias, fotos con las ubicaciones exactas de lugares donde se encuentran campamentos guerrilleros colombianos en suelo venezolano. El jueves Venezuela rompió relaciones diplomáticas con Colombia y las repercusiones, sobretodo para la gente más humilde, no se ha hecho esperar.
Hoy, a nuestra sala de redacción, llegaron las últimas amenazas de Chavéz pronunciadas ayer, en las que elocuentemente estúpido alude a la obra ganadora del Premio Nobel de Literatura de García-Márquez, diciendo: "Imagínense una guerra entre Colombia y Venezuela. Eso sería para llorar 100 años, pero si somos agredidos no nos vamos a quedar de brazos cruzados".
Las prioridades de Alvaro Uribe son muy diferentes a las de Chávez. El presidente colombiano está preocupado por la gente más humilde, los dueños de pequeños negocios en la ciudad colombiana fronteriza con Venezuela, Cucutá, que ha perdido ya muchos empleos y vive de un negocio bilateral que ha dejado de existir. Mientras que Uribe le pide a los colombianos que compren los productos de Cúcuta, Chávez culpa al gobierno estadounidense de crear las fotos de las guerrillas colombianas en Venezuela, presentadas ante la OEA, y repite en sus discursos la terrible palabra "guerra, guerra, guerra". Chávez dice que no quiere guerra pero no deja de hablar de ella. No la quiere, pero los colombianos no la mencionan y él sí. Chávez le declaró una guerra silente a Colombia y ahora quiere que Colombia sea quien se la declare oficialmente a él. Es muy triste ver como el mal está atravesando claramente las fronteras. Hoy, los visiblemente más afectados por el chavismo, además de los venezolanos, son los colombianos.
No comments:
Post a Comment