Octubre fue el mes en el que tuve la oportunidad de viajar a Venezuela por primera vez. Al fin conocí de primera mano el país sobre el cual tanto había escuchado, visto en televisión y reportado. Venezuela dejó de ser El Arepazo, Date aquí y La casa de las empanadas donde tanto me gusta ir a almorzar. Venezuela ya no era sólo el país del que mis amigos, colegas y toda la prensa me comentaban. Venezuela se convirtió en el lugar al cual llegué y sola y nerviosa por todas las advertencias que venezolanos amigos en Miami me habían hecho mil veces. "Cuídate mucho. Sé de periodistas que les han quitado su material antes de salir del país. Hazte copias de todo lo que grabes" fueron las advertencias de una amiga venezolana defensora de los presos políticos en Venezuela.
Con esos truenos llegué a Caracas y el dependiente en el aeropuerto me miró de arriba a abajo. No le gustó que mi pasaporte dijese americana y me preguntó a qué iba a su país. Una muchacha que viaja sola no levanta tantas sospechas que imagino activaría las alarmas del aeropuerto si yo hubiese viajado con cámara de video, camarógrafo y todo. Al fin pude pasar sin más contratiempos. El hermano de una amiga en Miami me esperaba en el aeropuerto. Gracias a Adil desde que llegué a Caracas recibí un tour. Uno no llega a la ciudad en sí, sino a la Guaira y de ahí va pasando barrios. "Vas a ver los barrios desde la autopista tan pronto llegues" me había explicado Raúl Díaz en Miami, un preso político venezolano exiliado en esta ciudad desde hace menos de 5 meses tras padecir un encarcelamiento en el país que nunca quiso, ni pensó tener que dejar atrás.
Tan pronto llegué entrevisté a un hombre incanzable y encantador, Henrique Capriles Radonsky, gobernador de Miranda. Henrique comenzó por explicarme que Miranda es el segundo estado más grande de Venezuela, le sigue a Zulia donde se encuentra Maracaibo y toda la riqueza petrolera. Henrique nos explicó que Miranda es el estado más importante de Venezuela política y comercialmente. Curiosamente Miranda es gobernado por un opositor de Chávez, por un hombre que el jefe de estado puso trás las rejas y se vió obligado a liberar, según muchos, por presión política y su creciente popularidad tras el encarcelamiento.
Henrique me hizo declaraciones que me dejaron perpleja, considerando que estábamos en suelo venezolano y muchos median sus palabras al hablar sobre Chávez, temiendo represalías y acabar en prisión como ya le ha ocurrido a Henrique. "Es muy difícil luchar contra la inseguridad cuando el propio jefe de estado es el principal promotor de la violencia".
Después de entrevistar a Henrique viajé a los Teques a entrevistar al hombre que combate la inseguridad día a día.
Más información muy pronto
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Primera parte:
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