Sunday, November 14, 2010

Uno de los 13 presos políticos que se rehusaban a exiliarse a España a cambio de su libertad sale de prisión

Para el noticiero de las 6 pm cubrí la noticia del joven atropellado por el chofer que se dio a la fuga. A las 11 pm tuve la tarea de reportar sobre la excarcelación de Arnaldo Ramos, condenado a 18 años de prisión en el 2003 cuando fueron encarceladas 75 personas. El domingo Ramos asistió a una misa en la misma iglesia donde las damas de blanco se reúnen y hacen su marcha semanal. Me emocionó ver a ese hombre delgado que lleva 7 años presos y lo acaban de liberar diciendo que seguirá luchando por lograr cambios en Cuba a través de la escritura de artículos que critican las políticas gubernamentales.

Es fácil criticar y condenar al régimen cubano desde afuera, pero los que lo hacen desde adentro tienen más que valor, estómago y fuerza sobrehumana porque por 50 años los habitantes de la isla están entrenados para vivir en constante miedo. Arnaldo acabado de ser puesto en libertad, tuvo el coraje de decir que no veía grandes cambios por lo que le estaban haciendo a los que trabajaban por cuenta propia y el país podía pasar del estancamiento al caos. Dios mío, Arnaldo, acaba de salir de la cárcel y tiene el valor de decir algo así. En Cuba la mayoría de las personas están inmovilizadas por el miedo.

De las 75 personas encarceladas en el 2003, lo que se conoció como la Primavera Negra, quedaban 52 presos y 39 de ellos aceptaron exiliarse en España para conseguir su libertad. Ramos se encontraba entre los trece presos políticos que rehusaban tener que exiliarse para poder ser libres en su propio país. El gobierno cedió. Arnaldo fue más fuerte que el régimen, les gano. Arnaldo, yo lo admiro y lo aplaudo. No sé si yo hubiese sido menos egoísta que usted y haberme rehusado a irme a España para quedarme en mi país, luchando por su libertad.

Castro prometió liberar todos los disidentes tras las cíticas internacionales que provocó la muerte de Orlando Zapata Tamayo. Orlando, es bueno saber que no has muerto en vano y tampoco es en vano el dolor de tu madre, quien continúa marchando con las damas de blanco y pidiendo la libertad de los que continúan presos, a sabiendas de que su hijo salió de prisión para el cementerio.

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