Ayer, jueves 15 de abril, tuve el placer de reportar la visita a Miami por tres horas del presidente Barack Obama. No tuve, ni tengo 15,000 dólares para asistir al evento cuya meta era recaudar fondos para el partido demócrata en un cóctel efectuado en casa de la familia Estefan. Mi lugar estaba con el resto de la prensa, en Terminal Island, separada de la casa por el McCarthur Causeway, el mar y las palmas, pero a la distancia veíamos el techo rojizo de la residencia. Hoy viernes salió a la prensa el discurso que dio Gloria Estefan a la llegada del presidente. He subrayado las palabras que más me interesaron del mismo. Aquí lo tienen:
Bienvenidos todos a nuestro hogar.
Emilio, Emily y yo estamos muy contentos de que estén aquí y esperamos que disfruten mucho de esta tarde.
Cuando nuestros padres nos trajeron de niños a los Estados Unidos nunca imaginaron que el país que les había abierto los brazos, en tiempos de crisis, se convertiría en su país y luego en nuestro país.
Vinieron para criarnos en libertad y democracia y para que pudiéramos aprender y prosperar. Y eso hicimos. Aprendimos a escuchar y a respetar las distintas formas de pensar, las distintas nacionalidades y las distintas ideologías políticas. Aprendimos a ver a nuestros padres perder su patria, sus familias, su historia y en el caso de mi padre, quien sirvió con orgullo en las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos, su vida, todo para que pudiéramos vivir el Sueño Americano.
Mi padre, refugiado de un país que aún vive en el puño cerrado del mismo gobierno opresivo del cual logró rescatar a su familia…
Mi padre, quien al irse a la Guerra sin saber si nos volvería a ver le dijo a mí madre que en la vida de un hombre tiene que existir “algo” por lo cual se esta dispuesto a pelear y morir y para él esa causa era la libertad.
Mi padre, que se llenaría de orgullo al saber que su hijita, años después en su propio hogar, estaría recibiendo al Presidente de los Estados Unidos. Un Presidente que hace 21 días había pronunciado públicamente lo siguiente; “Hoy yo uno mi voz a los valientes individuos en Cuba y al coro creciente de voces por todo el mundo pidiendo el final de la represión, la inmediata e incondicional liberación de todos los presos políticos en Cuba y que respeten los derechos más básicos del pueblo Cubano.” El Presidente que es el primer Afro-Americano en la historia en obtener ese honorable puesto.
Cada persona cree que está viviendo en “el mejor de los tiempos” y “lo peor de los tiempos”. Miramos a nuestro alrededor los retos y las dificultades que está experimentando nuestro mundo y nos preguntamos (yo si lo hago) si hemos aprendido “algo” de la historia. Cuestionamos si aún existe “algo” por que pelear y morir.
Entonces miro hacia el país donde nací, un lugar donde la esperanza y la libertad solo viven en su historia y no en su presente y veo a Orlando Zapata Tamayo, un disidente Cubano y ahora mártir que dio su vida en huelga de hambre solo por la “promesa” de una Cuba libre. Y veo a Guillermo Fariñas que está por dar su vida en cualquier momento, pidiendo solamente que su gobierno libere a 26 prisioneros de conciencia que están enfermos de muerte.Veo este magnífico país que me ha moldeado y que es ahora mi patria y escucho el coro de voces expresando sus ideas, sus deseos, sus demandas y hasta su desden hacia nuestro gobierno libremente y sin consecuencias y tengo que sonreír y dar gracias a Dios que pese a cualquier problema que tengamos somos realmente un pueblo libre.
¡Lo bello de esta gran nación es que cualquier cosa es posible! Hasta celebrar un evento político para obtener la atención de mi Presidente aún siendo No-Afiliada a ningún partido político. Pero el Reverendo Martin Luther King Jr. acertó al decir “Pudiéramos haber llegado en diferentes barcos pero ahora estamos todos en el mismo bote”
Y no importa de donde hayamos venido, ni de que color seamos o a cual partido político pertenezcamos, hay dos cosas en las cuales podemos todos coincidir. La primera es que todos amamos este país…
Y la segunda la verbalizó un Educador y Escritor Americano, Dr. Lawrence J. Peter cuando dijo: “La Democracia es el proceso por el cual el pueblo es libre de escoger al hombre al cual se le va a echar la culpa.” Y es mi gran honor presentarlo esta tarde.
Señoras y Señores, de una ciudadana de dos tierras les presento a otro ciudadano de dos tierras,..
¡El Presidente de los Estados Unidos, Barack Obama! Mis reflexiones: Me pregunto si un presidente estadounidense, o expresidente ha visitado la casa de cubanoamericanos antes como hizo ayer Obama. Tras escuchar a las personas mayores o todos aquellos que vinieron a Estados Unidos en los sesenta y setenta y se les conoce como el exilio histórico, me pregunto si alguna vez uno de los presidentes republicanos que ellos tanto apoyan le contestaron alguna vez a una disidente cubana como Yoani Sánchez, o se pronunciaron a favor de las damas de blanco como hizo hace 22 días Obama al revelar: ; “Hoy yo uno mi voz a los valientes individuos en Cuba y al coro creciente de voces por todo el mundo pidiendo el final de la represión, la inmediata e incondicional liberación de todos los presos políticos en Cuba y que respeten los derechos más básicos del pueblo Cubano.”
Entregándole las cartas de la madre de Orlando Zapata Tamayo y Guillermo Fariñas.
Mostrándole fotos de las damas de blanco siendo atacadas y reprimidas por el gobierno cubano durante sus manifestaciones.
Anoche Gloria Estefan apareció en el reconocido Larry King Live show y dijo: "The bottom line is, if the White House calls and says, 'We're coming to Miami, we'd love to do it in your house,' what more of an honor for a Cuban-American immigrant that came here when I was 2 years old, to have have the President of the United States in my home".
En este sitio paso las notas de mi cuaderno a esta especie de cuaderno virtual.Aquí comparto cosas que ocurrieron y no puse en mis reportajes por cuestión de tiempo.Ser reportera de televisión es una aventura diaria.Aquí están algunas de las mías.En algunos casos, incluyo los reportajes televisivos de las historias.El periodismo para mí más que una carrera es un modo de vida; a través del cual redescubro la humanidad, con sus mezquindades y bondades, bienes y males.
Friday, April 16, 2010
Thursday, April 8, 2010
Carta de un hombre que vive en Cuba sobre muerte de Zapata
Me sorprende que esta carta sea escrita por un hombre que vive en Cuba y nunca ha visitado otro pais, excepto Etiopia por cuestiones politicas. Me alegre que un hombre de 44 anos, es decir, nacido durante la revolucion que debia ser ejemplo del deseado "hombre nuevo" que aspiro a crear el Comunismo confiese sus desencantos y desenganos que son los de muchos familiares y amigos. Me conmueve que se preocupe por Zapata. Me molesta que firme escribiendo "revolucionariamente" y escriba "estimados companeros" pero que se puede esperar de alguien que toda su vida ha sido adoctrinado y que a los 5 anos como todo nino cubano repetia: "Pioneros por el comunismo. Seremos como el Che". Vale la pena leer esta carta escrita por un hombre que vive en Cuba. Se cuestiona las preguntas que se hacen mucho. Es en realidad la huelga de hambre de los disidentes cubanos tan pacifica como parece si al analizarse se trata de un suicidio? Ha encontrado el pueblo cubano desarmado un arma silenciosa para combatir el regimen?
Estimados compañeros:
Me llamo Daniel y vivo en Cárdenas, Matanzas. Trabajo en turismo y por eso he podido ver en estos días todo el debate que se ha levantado a raíz de la muerte del preso Orlando Zapata. Lo he visto en CNN en Español y Televisión española. También he leído algunos periódicos porque en los hoteles tenemos internet. He leído artículos escritos por intelectuales extranjeros, disidentes cubanos, amigos de la revolución, enemigos. A raíz de todo eso, y de las cartas que andan circulando por ahí, me gustaría compartir una reflexión con ustedes. Yo no soy nadie, ni actor ni cantante ni figura pública, tampoco intelectual, pero si sirve de algo, antes de dedicarme al turismo hice la carrera de sociología, soy militante del Partido y miembro de la asociación de Combatientes de la Revolución por haber cumplido misión internacionalista en Etiopía.
Lo primero que quiero contarles es que la muerte de Zapata me ha dejado muy confundido. Al margen de que Amnistía Internacional diga que era un preso de conciencia y nuestro gobierno insista en que era un preso común, Zapata ha muerto por una huelga de hambre. Porque se negó a comer. He pensado mucho en eso. ¿Qué le pasa por la mente a una persona para hacer algo así? Yo no lo sé, pero reconozco que en este país ningún disidente había llegado tan lejos. Al menos que yo tuviera noticia. El Granma ha dicho que Zapata hizo la huelga porque quería un televisor, un teléfono y una cocina en su celda. Que alguien muera por eso sólo admite dos lecturas, o Zapata estaba loco o el Granma miente. Ciertamente la locura podría explicar todo esto, pero si Zapata tuviera antecedentes psiquiátricos, no tengo duda de que el Granma los habría publicado. Así que no me queda más remedio que asumir que este señor no murió por un televisor. Murió por otra cosa. No sé cuál. Dicen que lo manipularon, y seguramente haya algo de verdad en eso, pero convencer a alguien para que se deje morir no debe ser fácil. Ni es tan simple.
Aquí siempre nos han dicho que los disidentes son mercenarios, pero un mercenario no hace eso. Los mercenarios cobran y viven. Los mercenarios no se inmolan por una idea (por muy ridícula que sea), por eso los terroristas de Al Qaeda no usan mercenarios sino fanáticos. ¿Era Zapata un fanático? ¿Un fanático de qué, de la contrarrevolución? No sé qué pensar, porque un fanático no surge de la nada, necesita un caldo de cultivo. ¿Existe en la Cuba de hoy ese caldo de cultivo que genera fanáticos? Sería realmente preocupante. Y una señal muy grave del estado
de las cosas. Ya sé que la muerte de un solo hombre no tiene por qué significar nada. Puede ser un hecho aislado. O no. Mientras escribo esto hay otros dos disidentes que también se han declarado en huelga. Y uno de ellos está ingresado. ¿Qué pasará si mueren? ¿Serán otros mercenarios aislados, dos pobres víctimas manipuladas?
Lo bueno de hacerse viejo (yo tengo 44 años) es que uno tiene una memoria enorme de las cosas que ha visto. Yo estos días me acuerdo mucho de algo que pasó hace casi treinta años. En 1981 diez presos del ejército republicano irlandés (IRA) se declararon en huelga de hambre en sus cárceles de Gran Bretaña. Muchos cubanos no se acordarán, pero entonces el tratamiento que se le dio en la televisión nacional fue de respeto y admiración. Desde que falleció el primero; Bobby Sands hasta que murió el último; Mickey Devine, todos sus nombres fueron mencionados en el noticiero de las ocho como una forma de mostrar la represión política que entonces ejercía Margaret Thatcher sobre Irlanda del Norte.
No intento comparar Cuba con Irlanda. Pero sí me llama la atención que aquellos huelguistas (algunos de ellos condenados por delitos de terrorismo en los que fallecieron inocentes) merecieran tanta gloria, y los que tenemos aquí sólo desprecio. ¿Por qué? ¿Porque supuestamente son delincuentes comunes, porque son cubanos, porque están contra de el gobierno? Soy consciente de que el mero hecho de plantearme esto me coloca en el bando del enemigo. Pero yo no soy el enemigo. Cuestionar la versión oficial de quién era Orlando Zapata no significa que comparta
sus ideales (que desafortunadamente ni siquiera conozco). A mí la revolución no me educó para convertirme en una persona insensible, ni en una máquina de repetir consignas (aunque lo han intentado). Yo creo que si un cubano muere de huelga de hambre tengo derecho a exigir respuestas claras y convincentes.
Además, no es la primera vez que me cuestiono una versión oficial. Ni la primera vez que la rechazo. Antes he contado que pasé dos años en Etiopía, en la brigada que apoyaba al gobierno de Mengistu Haile Mariam. Los que estuvimos allí sabemos quién era ese señor, y las barbaridades que hacía en su país. Era obvio que aquello no tenía nada que ver con el socialismo sino con prácticas de un gobernante feudal,
pero aunque todos en la brigada éramos conscientes de lo que pasaba (incluidos los jefes de misión) la versión oficial siguió insistiendo en que apoyar a Mengistu era bueno para la causa revolucionaria, pero poco después de que Cuba retirara sus tropas (no el apoyo político) Mengistu huyó de Etiopía en un avión cargado de dinero. Hoy vive en Zimbawe y está acusado en su país de genocidio. Repito: GENOCIDIO. Cuando lo supe,en 1991, me dio rabia por tantos compañeros que fueron a Etiopia a luchar por una causa justa y murieron apoyando a un genocida que hoy vive de su cuenta en Suiza .
Aquella vez mi gobierno se equivocó. Como se ha equivocado muchas veces. Por eso tengo que decirlo; soy cubano, soy revolucionario, pero apoyo incondicional no. Me niego a confiar ciegamente en un sistema que a veces dice la verdad, a veces sólo media verdad, y a veces miente. Como todos los gobiernos del mundo, dirán algunos. Pero éste es el mío, éste es el que me exige cerrar filas sin hacerme preguntas, sin cuestionar qué está pasando en la sociedad cubana para que un preso muera de huelga de hambre.
A mí me enseñaron que en Cuba las huelgas de hambre las hacían los revolucionarios contra Batista. ¿Qué está pasando aquí para que ahora hagan huelga los gusanos? ¿Qué tendría Zapata en la cabeza para que le baste con ser mercenario, para que elija morirse? Yo creo que paara responder a eso tenemos que dejar de mirarnos el ombligo y ser autocríticos.
Hay que cuestionar las cosas, compañeros, porque eso es lo que hace un revolucionario. Y no se le puede llamar mercenario a todo el que lo haga. Algunos lo son, no tengo dudas, pero todos no. Yo no tengo buena opinión de los disidentes porque, en primer lugar, sólo sé de ellos lo que me cuenta el Granma, y segundo porque me siento lejos de personas que defienden posturas conservadoras que llevarían este país a un extremismo de derechas, justo aquello contra lo que siempre he luchado,pero tengo que reconocer que algunas de las cosas que dicen tienen
razón. ¿Eso me convierte en disidente? Rotundamente no. Entonces, ¿Dónde está la línea?
Por ejemplo, exigir responsabilidades políticas porque en Mazorra han muerto de frio treinta enfermos mentales de los que nadie se ocupó, ¿Eso es hacerle juego al enemigo? Quejarnos de que en los hospitales no haya higiene, o que no podamos salir del país sin permiso ni tener acceso a internet, ¿eso es de revolucionarios o de mercenarios? Lamentar que en mi país exista una ley de peligrosidad, copiada del régimen fascista de Franco, que condenaba a las personas "proclives" a cometer un delito (sin haberlo cometido aún), ¿Eso es de gusanos o de comunistas? Sinceramente no lo sé.
No sé dónde quejarme, dónde lamentar, dónde exigir. No sé con quién tengo que hablar. ¿Con mi núcleo del partido, con mi presidente del CDR, con el delegado de mi circunscripción? ¿Con el Granma? Créanme que ya lo he hecho y no ha servido para nada. Entonces, ¿Dónde canalizo mi vergüenza? ¿En el Miami Herald? Les voy a contar de qué se habló en la última reunión de mi núcleo del partido; de retirarle el carné a un compañero porque había pedido la nacionalidad española. De eso se habló.
Cuando veo el noticiero me indigno porque siento que me tratan como si tuviera diez años y viviera en la luna. Yo no vivo en la luna. Yo vivo en Cuba y sé lo que pasa. Y me indigna que me digan que un preso ha muerto porque quería un televisor.
Yo no sé lo que quería Orlando Zapata con su huelga, pero sé lo que quiero yo: soluciones a los problemas de mi país. Y podemos buscarlas o decirle al mundo que la culpa de todo la tienen los yanquis y los mercenarios, podemos intentar arreglar esto entre nosotros o mentirnos diciendo que no pasa nada, que la juventud está comprometida, que nuestro pueblo cada día es más heroico y viril, que somos la referencia del mundo, que la calle es de Fidel. Y sí, mi calle hace cincuenta años que es de Fidel, y no tiene bombillos porque se los roban los de la empresa eléctrica (esos sí son mercenarios), se inunda siempre que llueve y necesita asfalto.
Así que ustedes dirán,
Revolucionariamente,
Daniel
Estimados compañeros:
Me llamo Daniel y vivo en Cárdenas, Matanzas. Trabajo en turismo y por eso he podido ver en estos días todo el debate que se ha levantado a raíz de la muerte del preso Orlando Zapata. Lo he visto en CNN en Español y Televisión española. También he leído algunos periódicos porque en los hoteles tenemos internet. He leído artículos escritos por intelectuales extranjeros, disidentes cubanos, amigos de la revolución, enemigos. A raíz de todo eso, y de las cartas que andan circulando por ahí, me gustaría compartir una reflexión con ustedes. Yo no soy nadie, ni actor ni cantante ni figura pública, tampoco intelectual, pero si sirve de algo, antes de dedicarme al turismo hice la carrera de sociología, soy militante del Partido y miembro de la asociación de Combatientes de la Revolución por haber cumplido misión internacionalista en Etiopía.
Lo primero que quiero contarles es que la muerte de Zapata me ha dejado muy confundido. Al margen de que Amnistía Internacional diga que era un preso de conciencia y nuestro gobierno insista en que era un preso común, Zapata ha muerto por una huelga de hambre. Porque se negó a comer. He pensado mucho en eso. ¿Qué le pasa por la mente a una persona para hacer algo así? Yo no lo sé, pero reconozco que en este país ningún disidente había llegado tan lejos. Al menos que yo tuviera noticia. El Granma ha dicho que Zapata hizo la huelga porque quería un televisor, un teléfono y una cocina en su celda. Que alguien muera por eso sólo admite dos lecturas, o Zapata estaba loco o el Granma miente. Ciertamente la locura podría explicar todo esto, pero si Zapata tuviera antecedentes psiquiátricos, no tengo duda de que el Granma los habría publicado. Así que no me queda más remedio que asumir que este señor no murió por un televisor. Murió por otra cosa. No sé cuál. Dicen que lo manipularon, y seguramente haya algo de verdad en eso, pero convencer a alguien para que se deje morir no debe ser fácil. Ni es tan simple.
Aquí siempre nos han dicho que los disidentes son mercenarios, pero un mercenario no hace eso. Los mercenarios cobran y viven. Los mercenarios no se inmolan por una idea (por muy ridícula que sea), por eso los terroristas de Al Qaeda no usan mercenarios sino fanáticos. ¿Era Zapata un fanático? ¿Un fanático de qué, de la contrarrevolución? No sé qué pensar, porque un fanático no surge de la nada, necesita un caldo de cultivo. ¿Existe en la Cuba de hoy ese caldo de cultivo que genera fanáticos? Sería realmente preocupante. Y una señal muy grave del estado
de las cosas. Ya sé que la muerte de un solo hombre no tiene por qué significar nada. Puede ser un hecho aislado. O no. Mientras escribo esto hay otros dos disidentes que también se han declarado en huelga. Y uno de ellos está ingresado. ¿Qué pasará si mueren? ¿Serán otros mercenarios aislados, dos pobres víctimas manipuladas?
Lo bueno de hacerse viejo (yo tengo 44 años) es que uno tiene una memoria enorme de las cosas que ha visto. Yo estos días me acuerdo mucho de algo que pasó hace casi treinta años. En 1981 diez presos del ejército republicano irlandés (IRA) se declararon en huelga de hambre en sus cárceles de Gran Bretaña. Muchos cubanos no se acordarán, pero entonces el tratamiento que se le dio en la televisión nacional fue de respeto y admiración. Desde que falleció el primero; Bobby Sands hasta que murió el último; Mickey Devine, todos sus nombres fueron mencionados en el noticiero de las ocho como una forma de mostrar la represión política que entonces ejercía Margaret Thatcher sobre Irlanda del Norte.
No intento comparar Cuba con Irlanda. Pero sí me llama la atención que aquellos huelguistas (algunos de ellos condenados por delitos de terrorismo en los que fallecieron inocentes) merecieran tanta gloria, y los que tenemos aquí sólo desprecio. ¿Por qué? ¿Porque supuestamente son delincuentes comunes, porque son cubanos, porque están contra de el gobierno? Soy consciente de que el mero hecho de plantearme esto me coloca en el bando del enemigo. Pero yo no soy el enemigo. Cuestionar la versión oficial de quién era Orlando Zapata no significa que comparta
sus ideales (que desafortunadamente ni siquiera conozco). A mí la revolución no me educó para convertirme en una persona insensible, ni en una máquina de repetir consignas (aunque lo han intentado). Yo creo que si un cubano muere de huelga de hambre tengo derecho a exigir respuestas claras y convincentes.
Además, no es la primera vez que me cuestiono una versión oficial. Ni la primera vez que la rechazo. Antes he contado que pasé dos años en Etiopía, en la brigada que apoyaba al gobierno de Mengistu Haile Mariam. Los que estuvimos allí sabemos quién era ese señor, y las barbaridades que hacía en su país. Era obvio que aquello no tenía nada que ver con el socialismo sino con prácticas de un gobernante feudal,
pero aunque todos en la brigada éramos conscientes de lo que pasaba (incluidos los jefes de misión) la versión oficial siguió insistiendo en que apoyar a Mengistu era bueno para la causa revolucionaria, pero poco después de que Cuba retirara sus tropas (no el apoyo político) Mengistu huyó de Etiopía en un avión cargado de dinero. Hoy vive en Zimbawe y está acusado en su país de genocidio. Repito: GENOCIDIO. Cuando lo supe,en 1991, me dio rabia por tantos compañeros que fueron a Etiopia a luchar por una causa justa y murieron apoyando a un genocida que hoy vive de su cuenta en Suiza .
Aquella vez mi gobierno se equivocó. Como se ha equivocado muchas veces. Por eso tengo que decirlo; soy cubano, soy revolucionario, pero apoyo incondicional no. Me niego a confiar ciegamente en un sistema que a veces dice la verdad, a veces sólo media verdad, y a veces miente. Como todos los gobiernos del mundo, dirán algunos. Pero éste es el mío, éste es el que me exige cerrar filas sin hacerme preguntas, sin cuestionar qué está pasando en la sociedad cubana para que un preso muera de huelga de hambre.
A mí me enseñaron que en Cuba las huelgas de hambre las hacían los revolucionarios contra Batista. ¿Qué está pasando aquí para que ahora hagan huelga los gusanos? ¿Qué tendría Zapata en la cabeza para que le baste con ser mercenario, para que elija morirse? Yo creo que paara responder a eso tenemos que dejar de mirarnos el ombligo y ser autocríticos.
Hay que cuestionar las cosas, compañeros, porque eso es lo que hace un revolucionario. Y no se le puede llamar mercenario a todo el que lo haga. Algunos lo son, no tengo dudas, pero todos no. Yo no tengo buena opinión de los disidentes porque, en primer lugar, sólo sé de ellos lo que me cuenta el Granma, y segundo porque me siento lejos de personas que defienden posturas conservadoras que llevarían este país a un extremismo de derechas, justo aquello contra lo que siempre he luchado,pero tengo que reconocer que algunas de las cosas que dicen tienen
razón. ¿Eso me convierte en disidente? Rotundamente no. Entonces, ¿Dónde está la línea?
Por ejemplo, exigir responsabilidades políticas porque en Mazorra han muerto de frio treinta enfermos mentales de los que nadie se ocupó, ¿Eso es hacerle juego al enemigo? Quejarnos de que en los hospitales no haya higiene, o que no podamos salir del país sin permiso ni tener acceso a internet, ¿eso es de revolucionarios o de mercenarios? Lamentar que en mi país exista una ley de peligrosidad, copiada del régimen fascista de Franco, que condenaba a las personas "proclives" a cometer un delito (sin haberlo cometido aún), ¿Eso es de gusanos o de comunistas? Sinceramente no lo sé.
No sé dónde quejarme, dónde lamentar, dónde exigir. No sé con quién tengo que hablar. ¿Con mi núcleo del partido, con mi presidente del CDR, con el delegado de mi circunscripción? ¿Con el Granma? Créanme que ya lo he hecho y no ha servido para nada. Entonces, ¿Dónde canalizo mi vergüenza? ¿En el Miami Herald? Les voy a contar de qué se habló en la última reunión de mi núcleo del partido; de retirarle el carné a un compañero porque había pedido la nacionalidad española. De eso se habló.
Cuando veo el noticiero me indigno porque siento que me tratan como si tuviera diez años y viviera en la luna. Yo no vivo en la luna. Yo vivo en Cuba y sé lo que pasa. Y me indigna que me digan que un preso ha muerto porque quería un televisor.
Yo no sé lo que quería Orlando Zapata con su huelga, pero sé lo que quiero yo: soluciones a los problemas de mi país. Y podemos buscarlas o decirle al mundo que la culpa de todo la tienen los yanquis y los mercenarios, podemos intentar arreglar esto entre nosotros o mentirnos diciendo que no pasa nada, que la juventud está comprometida, que nuestro pueblo cada día es más heroico y viril, que somos la referencia del mundo, que la calle es de Fidel. Y sí, mi calle hace cincuenta años que es de Fidel, y no tiene bombillos porque se los roban los de la empresa eléctrica (esos sí son mercenarios), se inunda siempre que llueve y necesita asfalto.
Así que ustedes dirán,
Revolucionariamente,
Daniel
Friday, April 2, 2010
Viernes Santo
Mientras hacía mi reportaje sobre el Viernes Santo en la Hermita de la Caridad en Miami, ví a una señora que llevaba un hombre de la mano. Me pregunté por qué. El hombre parecía un adulto, hecho y derecho. Cuando se acercaron noté que no tenía los ojos abiertos, era ciego. Otra señora saludó a mi camarógrafo y después éste me contó que la hija de la misma tenía lucemia. Cuando me dirigía al camerino para entrevistar al sacerdote, vi a un profesor de la universidad con su hija de más de cuarenta años y mentalidad de cinco repitiendo aaaaa sin tener para cuando parar. Dios mío! De qué se puede quejar uno? Somos dichosos si podemos ver, caminar, oler, escuchar, tocar, y si no podemos hacer algunas de esas cosas, he notado que mucha de la gente a la que no le faltan facultades físicas están tristemente presas de otras limitaciones. Me encanta mi trabajo. Veo gente nueva constantemente. Hablo con gente todos los días que me enseñan algo nuevo. En mis mejores días hago un bien, sirvo de algo.
Subscribe to:
Posts (Atom)