Hoy lunes es mi día libre. Para mí hoy es sábado. Un horario loco como el mío es uno de los tantos sacrificios que los reporteros se ven obligados a hacer y cuando se hace lo que a uno le gusta deja de ser un sacrificio, pero es bueno decirle a las personas que nada, absolutamente nada en esta vida, desde el trabajo del policía hasta el trabajo del astronauta de la NASA viene libre de sacrificios. Ninguno es fácil. Para lograr cualquier cosa, por pequeña que ésta sea, hay que esforzarse y muchas veces hacer ciertos sacrificios.
Por ejemplo, cuando yo llegué el sábado pasado a una cena familiar a las 12 de la noche, después que todos ya habían comido y me recibieron como si fuese una artista, les recordé que lo más glamuroso de mi trabajo es que salgo en televisión, lo que ocurre antes y después de mis 30 segundos de presentación y despedida en cámara no tienen nada de artístico, ni glamuroso. Hace poco cuando estaba lista para presentar mi reportaje, 5 minutos antes de salir en vivo, comenzaron a funcionar los sprinkles, las regaderas automáticas que riegan la hierba y sobre la que yo estaba cómodamente ubicada para hacer mi tiro en vivo y yo acabé mojada como la hierba, pero el show continua como siempre, el reportaje no puede dejar de salir y la reportera mojada o no tiene que dar la cara. Cuando la gente me ve en la tele no sabe, ni nota que los zapatos se me están enterrando en la tierra y que gasto muchos más zapatos desde que ando caminando de aquí para álla como reportera que cuando desempeñaba mi primer trabajo en la biblioteca. El cambio ha sido abismal del mundo de los libros al de la televisión. Sin embargo, es interesante notar las similitudes que tienen 2 áreas de trabajo aparentemente tan disímiles como la biblioteca y la televisión. En mis cinco años en la biblioteca y los otros cinco que llevo trabajando en los 4 canales diferentes de televisión,he notado que hay cosas que nunca cambian. En sendos mundos hay gente que hace su trabajo felizmente, no importa que tan grande o importante sea su cargo, reconocido o impopular en el canal, ni lo pequeña que sea la biblioteca, uno siempre se encuentra con la gente chismosa, la envidiosa, la gente que le gusta lo que hace, la que lo que le importa es el cheque al final del mes y esos interesantes seres que no tienen mas vida que no sea el trabajo.
En fin, mis amigos y muchas personas que conozco, ven la televisión como algo superior y glamuroso. La única diferencia que yo puedo ver entre la televisión y cualquier otro trabajo es el hecho de que mi trabajo como reportera consiste en que te vea mucha gente, en todo lo demás, es lo mismo, un trabajo con una gran responsabilidad. Muchas veces la gente no te quiere dar entrevistas, te grita, te dice malas palabras, sin tú haberles hecho absolutamente nada, porque así es. Muchas veces se te rompen los zapatos, más de una vez he perdido un tacón caminando de aquí para álla y en ocasiones te pueden tirar huevos, como me paso a mí y cuyas fotos publiqué tiempo atrás en este blog. Lo importante es hacer lo que uno ama y hacer todo lo que uno hace con muchas ganas, empeño y amor. Sí, yo sé que son noticias tristes muchas veces. En ocasiones más que tristes son verdaderas tragedias, pero yo creo que a todo, absolutamente todo en la vida, hay que echarle amor, hacerlo con amor, pensando siempre que uno puede hacer un bien, averiguando como uno puede ayudar y teniendo toda la buena intención. Yo creo que eso es lo que más asombra a las personas que admiradas me preguntan sobre el mundo de la televisión. Yo les respondo que amo lo que hago y hago lo que amo con amor. Ese es el secreto para todo trabajo, porque todo trabajo tiene sus días difíciles. = )
Lo que mas me gusta ...son tus piesesitos mojados...porque los tienes en la tierra y caminas en la realidad
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