La primera vez que escuché hablar de "Las venas abiertas de América Latina" fue de boca de una chica boliviana que trabajaba conmigo en la biblioteca. Ella es, aunque hace mucho que no sé de ella diré es porque quiero pensar que está viva, hija de padre español y madre indígena. Digo esto porque para ella y su familia esto era un hecho importantísimo y me atrevería a decir que hasta divisorio. Fue ella quien me abrió los ojos sobre la división que desconocía existiese entre los blancos e indios de su país natal, Bolivia. Ella había estudiado periodismo y antropología. En una época de su vida se había reclutado en la selva, vivido con los indígenas, probado sus hierbas alucinógenas, aprendido aymara y quechua y muchas cosas más que nunca olvidó, ni olvidaría. Me comentó que cuando vivía en Bolivia odiaba a los Estados Unidos. Dijo que eso era lo que había aprendido y lo que creían los jóvenes en su universidad. Después de haber vivido aquí veía a los estadounidenses de forma diferente. Con el tiempo, conocí a otros jóvenes latinoamericanos y aprendí que muchos habían crecido leyendo y pensando como ella.
La falta de enfoque en Latinoamérica continúa. Latinoamérica de forma recurrente culpa a su vecino exitoso del norte de sus fracasos, como si ello fuese tan viable como que un ser humano abandonase su vida para ocuparse de la educación y el desarrollo de otro. Cada individuo es responsable de sus actos, como mismo cada país debe asumir la responsabilidad de sus éxitos, o fracasos. Brasil está prosperando. Ello no se debe a Estados Unidos. ¿Si no les fuera bien fuese justo culpar a Estados Unidos por ello? Es una falta de enfoque total, Chávez como otros mandatarios latinoamericanos mira hacia el pasado, en vez de preocuparse por la gente que tiene hambre hoy y los que no tendrán arepa mañana. En vez de hablar sobre lo que está haciendo y hará, Chávez le regaló a Obama en la Quinta Cumbre de las Américas este libro:
Encuentro muy positivo que tantas personas hayan salido a comprar y leer el libro, porque los tiempos difíciles, o interesantes, como los llamarían los chinos, que nos han tocado vivir nos han obligado a superarnos, a cultivarnos, a leer y aprender sobre Afganistán, Irán, Iraq y el resto del mundo, en el que a fin de cuentas también habitamos. Mi amiga me lo recomendó. Por falta de tiempo nunca lo leí. Ahora voy a hacerlo y más adelante incluiré aquí mi review del texto.
Antes de que Chávez se lo regalase a Obama el libro estaba en la posición 54.295 de las listas de Amazon.com, vendedor que ya informó a sus clientes que la edición en inglés está agotada.
Chávez dijo que le dio a Obama el libro el sábado como retribución al gesto del estadounidense de haberse acercado a saludarlo el viernes, ocasión en la que le dijo: "Quiero ser tu amigo". Al día siguiente esta fue la dedicatoria que añadió en el libro: "Para Obama, con afecto".
Me pregunto si Chávez actuó por impulso, o se dio cuenta que su principal socio es Estados Unidos y necesita venderle su petróleo. Diera cualquier cosa por saber qué se habló sobre Cuba tras bastidores, como tanto lo desee durante la visita de Lula da Silva a la Casa Blanca a principios de abril. Visita que dudo mucho se haya centrado tanto en la energía y los nuevos combustibles. En el caso de Chávez, unas horas después, anunció que restablecía sus relaciones con Washington a nivel de embajadores, interrumpidas desde hacía siete meses.
Si hay algo de lo que los observadores podemos estar seguros es de que todos, incluyendo la prensa, estamos en la oscuridad. Muchos de los temas que se tocaron en esa cumbre, al igual que en la charla de Lula y Obama, no salieron ni saldrán a la luz.
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