Hoy, 21 de enero, Obama durmió, desayunó y se despertó por primera vez en la Casa Blanca, esa vivienda símbolo del poderío estadounidense que construyesen esclavos negros en 1792 y terminasen en los 1800s, que ahora un mulato con nombre musulman llamara hogar, como minimo por 4 años. Comenzamos hoy ya a ver sus prometidos cambios.
1- Se reunió con funcionarios para debatir sobre cuestiones militares, de seguridad nacional y el paquete de estímulo económico que estará listo para febrero.
2- Suspendió los juicios en el centro de detención de la base naval de Guantánamo, que tan mala publicidad le ha dado a Estados Unidos en los ojos del mundo.
3- Declaró su intención de cambiar el plan de rescate financiero para destinar más dinero a los pequeños negocios.
4- Y conversó por teléfono con cuatro prominentes líderes del Medio Oriente, señal de su serio compromiso por lograr paz entre Israel y los palestinos. Habló telefónicamente con el ministro de Israel, Ehud Olmert; el presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmud Abbas (Abu Mazen); el rey Abdalá II de Jordania, y el presidente de Egipto, Hosni Mubarak.
Y por último mi medida favorita, no necesariamente por el impacto práctico que pueda tener, sino por el mensaje psicológico que envía a la nación: congelar los salarios de funcionarios que ganan más de 100, 000 dólares en la Casa Blanca.
El 20 y 21 de enero de 2009 son días que recordaré y de los que hablaré a mis hijos. Al hablar de los ataques del 11 de septiembre contaré que cursaba mi 11 grado de high school y ví la tragedia en la escuela, a traves del televisor de un aula de arte, creyendome todo el tiempo que se trataba de un filme de acción y no de la realidad. Mi amigo Arturo y yo lo vimos juntos, ninguno podía creerlo, menos entender el por que. Estoy segura que me decidí a estudiar periodismo dos años más tarde para mantenerme al tanto de las noticias, investigar y dedicarme a estudiar y a aprender por qué ocurrian en el mundo las cosas que ocurren.
Volviendo al tema, al hablar y rememorar dónde y qué hice yo ayer y hoy, deberé contar que el 20 de enero vi gente llorando de la emoción en el Adrianne Arscht Center (downtown Miami), tras la juramentación de Obama. Que me conmovió entrevistar a un señor afroamericano con la cabeza llena de canas, que me dijo estar feliz de estar vivo para ver un momento que nunca creyó llegaría. La sonrisa y la manera encarecida en que me repitió varias veces estar contento y feliz solo de estar vivo para vivirlo, no la olvidaré.
Creo que en el mundo de nuestros hijos será común tener afroamericanos y mujeres fungiendo como presidentes de los Estados Unidos y el mundo. Yo le hablaré a mis hijos de un momento en la historia en que el país más poderoso de ese entonces padecía conflictos económicos y morales y los demás países a su alrededor sufrían las consecuencias y se encarecian con el. Les hablare de un hombre calmado, con mensajes de fuerza y fe, le devolvió a muchos la esperanza en un futuro mejor. Basto un hombre que hablara, que le recordara a su país y al mundo que todos podíamos si queríamos hacer un mundo mejor, que no debíamos seguir quejandonos y sumirnos en la depresión financiera, que se podía hacer mucho a traves del trabajo voluntario, o ayudandonos a nosotros mismos, superandonos y estudiando. Basto un hombre asi para que muchos le creyeramos y decidieramos luchar.
Hablaré como muchos hablarán de ese hombre que el gran escritor brasilero Jose Saramago se preguntó “de dónde salió?” y añadió que de “una época en la que vivimos, cínica, desesperante, sombría y por mil aspectos terrible, ha engendrado una persona (es un hombre pero podría ser una mujer) que alza la voz para hablar de valores, de resonsabilidad personal y colectiva, de respeto por el trabajo y por el recuerdo de quienes nos precedieron… Concepto que, en otra época, fueron los cimientos de una sociedad humana mejor… en su discurso, nos dio razones para que no dejemos que se abuse de nosotros. El mundo puede ser mejor que ese otro al que parecíamos estar condenados..”(http://cuaderno.josesaramago.org/2009/01/20/de-donde/)
Maestro Saramago, aunque discrepo con su ideología comunista, admiro las que considero palabras lúcidas. Usted ha descrito en su cuaderno el modo en que yo, mujer de 24 años me siento y veo a muchos a mi alrededor sentirse.
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